Boletín n° 212  |  Verano de 2022
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DE REGRESO
 
Es éste el primer Boletín de 2022 de nuestra Biblioteca. Siendo que su edición es coincidente con el comienzo del año escolar, tal vez pueda ser propicia la siempre renovada y esperanzada imagen de la apertura del nuevo cuaderno y los interrogantes que generan las hojas en blanco en todas las edades al ponerse en marcha las clases, ¿Qué nos deparará este año?, ¿Qué contenidos/actividades desarrollaremos? ¿Qué aprenderemos?
 
Ya hay actividades en marcha. Algunas no han tenido vacaciones: la continuidad de la enorme tarea de actualización y modernización de la base de datos de libros/publicaciones; la reparación y el mejoramiento del uso de espacios del edificio; la vinculación con preocupaciones y temas del vecindario y, por supuesto, luego de solo un breve receso, la marcha a pleno del servicio de préstamos de libros de lunes a sábado en el horario habitual. A ellas se van ya sumando más propuestas y actividades que comienzan a reflejarse en este Boletín. 
 
Ante un período tan incierto, complejo y sorprendente como el que vivimos, podrían imponerse el pesimismo y la parálisis “hasta que todo mejore”. Pero tomar tal actitud no sería hacer honor al ejemplo brindado por tantas generaciones que hicieron posible el sostenimiento y la continuidad de nuestra centenaria institución, superando tantas crisis y momentos difíciles de nuestra sociedad y, particularmente, debemos reconocerlo, también de nuestra Institución. De ellas aprendimos: decidimos seguir adelante sumando sueños y proyectos. Muchos, como comienza a reflejarse en esta edición, ya están en desarrollo o preparación ( variados talleres, actividades al aire libre, presentaciones de libros, exposiciones, reuniones). Muchos más, así esperamos, surgirán de nuevas ideas e iniciativas de los socios y amigos de la Biblioteca.
 
A lo largo de los últimos dos años la incógnita central a resolver, ha sido decidir con responsabilidad en forma paralela al sostenimiento y mejoramiento de la Biblioteca, los pasos de retorno al uso más pleno de las instalaciones de nuestra casa con los debidos cuidados sanitarios. El desafío, por supuesto, sigue presente. Vamos encontrando el camino, como esperanzadamente siempre requiere la vida.
 
COMISIÓN DIRECTIVA
LIBROS
Cuentos para leer en una noche de verano

Para chicos y chicas un cuento de miedo con final feliz. Para enfrentar terrores y
monstruos que habitan en los sueños.
 
Y para los grandes, unas palabras de Liliana Hecker, para leer antes del cuento que les
ofrecemos.
 “Uno escribe a pesar de lo que pasa y acerca de lo que pasa. Y uno tiene que escribir
cuando lo que tiene que decir es mejor que el silencio”.
Una breve y certera introducción a sus cuentos.
Miedo de Graciela Cabal
 
Había una vez un chico que tenía miedo.
Miedo a la oscuridad, porque en la oscuridad crecen los monstruos.
Miedo a los ruidos fuertes, porque los ruidos fuertes te hacen agujeros en las orejas.
Miedo a las personas altas, porque te aprietan para darte besos.
Miedo a las personas bajitas, porque te empujan para arrancarte los juguetes. Mucho miedo tenía ese chico.
Entonces, la mamá lo llevó al doctor. Y el doctor le recetó al chico un jarabe para no tener miedo (amargo era el jarabe).
Pero al papá le pareció que mejor que el jarabe era un buen reto:
—¡Basta de andar teniendo miedo, vos! —le dijo—. ¡Yo nunca tuve miedo cuando era chico!
Pero al tío le pareció que mejor que el jarabe y el reto era una linda burla:
—¡La nena tiene miedo, la nena tiene miedo!
 
El chico seguía teniendo miedo. Miedo a la oscuridad, a los ruidos fuertes, a las personas altas, a las personas bajitas. Y también a los jarabes amargos, a los retos y a las burlas.
Mucho miedo seguía teniendo ese chico.
Un día el chico fue a la plaza. Con miedo fue, para darle el gusto a la mamá.
Llena de personas bajitas estaba la plaza. Y de persona altas.
El chico se sentó en un banco, al lado de la mamá. Y fue ahí que vio a una persona bajita pero un poco alta que le estaba pegando a un perro con una rama. Blanco y negro era el perro. Con manchitas. Muy flaco y muy sucio estaba el perro.
Y al chico le agarró una cosa acá, en el medio del ombligo.
Y entonces se levantó del banco y se fue al lado del perro. Y se quedó parado, sin saber qué hacer. Muerto de miedo se quedó.
La persona alta pero un poco bajita lo miró al chico. Y después dijo algo y se fue. Y el chico volvió al banco. Y el perro lo siguió al chico. Y se sentó al lado.
—No es de nadie —dijo el chico— ¿Lo llevamos?
—No —dijo la mamá.
—Sí —dijo el chico—. Lo llevamos.
 
En la casa la mamá lo bañó al perro. Pero el perro tenía hambre. El chico le dio leche y un poco de polenta del mediodía. Pero el perro seguía teniendo hambre. Mucha hambre tenía ese perro.
Entonces el perro fue y se comió todos los monstruos que estaban en la oscuridad, y todos los ruidos fuertes que hacen agujeros en las orejas. Y como todavía tenía hambre también se comió el jarabe amargo del doctor, los retos del papá, las burlas del tío, los besos de las personas altas y los empujones de las personas bajitas.
 
Con la panza bien rellena, el perro se fue a dormir. Debajo de la cama del chico se fue a dormir, por si quedaba algún monstruo.
Ahora el chico que tenía miedo no tiene más miedo. Tiene perro.
 
Postergaciones de Liliana Hecker
 
Cuando se enteró de que su vuelo estaba demorado la invadió un sentimiento de contrariedad que luego de una espera de tres horas se había convertido en franco desasosiego. Lo inútil del madrugón (se había levantado a las cuatro de la mañana para llegar a horario al aeropuerto), la ausencia de todo dato sobre la hora del despegue y lo injustificable de este tiempo vacío la habían alterado al punto de que no sólo le resultaba imposible concentrarse en la novela que traía (la noche anterior la había guardado en el bolso de mano regodeándose por anticipado con su lectura en el avión), ni siquiera había conseguido distraerse mínimamente con el diario, que compró y un rato después tiró sin haber recalado en ninguna noticia. 
 
Había tomado varios cafés, comido sin hambre, comprado una bufanda innecesaria, examinado hasta el cansancio mercancías que a esta altura de su errar sin ton ni son le provocaban repugnancia. Ahora, por cuarta o quinta vez, se había sentado a una mesa del bar. Cuando el mozo vino a atenderla, ella dudó entre pedirle un café o un jugo, en rigor no deseaba ninguna de las dos cosas. ¿Y qué deseo? 
 
La pregunta la fulminó. De golpe, sin previo aviso, pudo verse. Idiota y banal, efectuando pequeños actos que la asqueaban porque no podía soportar la tardanza de un suceso cuya ocurrencia, de cualquier modo, no dependía en absoluto de ella. Un café, le dijo al mozo, pero sólo para que se fuera de una vez y la dejara pensar. Y fue así. Con la sencillez con la que una manzana cae sobre una cabeza. 
 
Fue así como descubrió que esta demora —y cualquier demora— es un hecho superfluo; que únicamente por un impulso de perversidad ella había puesto en suspenso su vida cuando nada en el mundo le impedía, ya mismo, exprimirle hasta el hollejo a este nuevo —y por qué no jugoso, y por qué no único e irrepetible— segmento de libertad.
 
Estaba abochornada por su impaciencia de las últimas horas, cómo había permitido que una insípida torre de control rigiera sus tribulaciones, ¿acaso no era cierto que ella, toda ella, en cuerpo y en alma y en deseos y en locura, se tenía consigo? Se hinchó, se esponjó, tremoló. 
Comprendió que aun este paréntesis en el aeropuerto podía ser —ya lo estaba siendo— un lapso cargado de sentido y supo (como se saben ciertas verdades de una vez y para siempre) que a partir de este momento su existencia quedaba a resguardo de demoras y accidentes del camino.
 
Apaciguada, abrió el libro y, como si ese instante fuera absoluto —¿acaso no lo era?, ¿acaso no lo son todos los instantes de la vida?—, se sumergió en la lectura. Una borrachera de placer. Y era justamente esta circunstancia, la de saberse eximida de cualquier responsabilidad o compromiso, lo que le permitía una concentración casi perfecta. Siglos (le pareció) que no leía con esa intensidad.
 
Estaba por la tercera página cuando en una bruma escuchó que anunciaban el embarque para su vuelo. Sin apuro, casi con pesar (pero gozosamente sabiendo que esto aprendido, o recuperado, ya le pertenecía), abandonó la lectura. Notó con orgullo que el mozo le había traído el café y ella ni siquiera lo había advertido.
 
Guardó el libro, dejó sobre la mesa la plata del café y, con parsimonia, se preparó para el embarque. El terror (pasajero) de haber extraviado el documento la distrajo de su reciente revelación. Cierta lucha por conseguir un espacio en el portaequipajes, la indignación porque un hombre se había negado a ayudarla a levantar su bolso tan pesado, y los jadeos del vecino de asiento (excesivamente gordo, ¿no podría este buen señor amortiguar aunque fuera un poquito su respiración?) contribuyeron a que menguara el efecto de lo que había descubierto.
 
Ahora mismo, en su casa, a punto de remarcar por enésima vez el número de un teléfono que desde hace más de una hora le da ocupado, rabiosa por tener que gastar su tiempo de manera tan estúpida, la sobrevuela una imagen borrosa de sí misma, en un aeropuerto, elucubrando algo que (le parece) tenía que ver con estados de impaciencia.
 
Pero no se deja engatusar. Conoce de sobra esa tendencia suya a refugiarse en especulaciones grandiosas cuando las papas queman así que no pierde ni un minuto en tratar de acordarse: levanta el auricular y, furiosa, resoplando con anticipada indignación, pulsa otra vez la tecla de «rellamada».
SOCIAS Y SOCIOS
Asociate a la Biblioteca del barrio
 
La cuota social es de vital importancia para el sostenimiento de nuestra Biblioteca.

La Biblioteca Popular Cornelio Saavedra cuenta con cuatro categorías de asociados, que tienen una tarifa diferenciada: SOCIOS ACTIVOS, SOCIOS JUBILADOS / SOCIOS ESTUDIANTES y SOCIOS SOLIDARIOS.
 
Los requisitos son muy simples. Tenés que completar el formulario de inscripción y abonar una cuota mensual.Podés retirar prestados hasta cuatro libros mensuales.
 
Cada préstamo es por 15 días. Podés hacer el trámite vía mail o personalmente en la Biblioteca de lunes a sábados de 16 a 20 hs.
 
Cuotas 2022 (a partir de marzo)

Cuota social: $500, Jubilados: $200, Estudiantes: $200, Socio, cuota solidaria: $1000
 
Promo pago anual: $5000, jub./est.$2000, solid. $10.000
 
Formas de pago: a través de débito directo con tarjeta Visa (créd. o débito), o personalmente en la Biblioteca.

La base de datos de nuestros libros, podés consultarla aquí  
 
 
 
SOCIAS Y SOCIOS
Compartimos lecturas que nos acercan socios y socias
 
Lxs invitamos en esta sección a comentar qué vienen leyendo en estos tiempos, que nos recomienden algún autor o autora, algún libro, algún título que tengan ganas de compartir.. puede ser una linda forma de intercambio y, seguramente, nos va a permitir descubrir nuevas lecturas.

A continuación, las recomendaciones de una socia.
 
Estimadas/os, les envío una nueva reseña.
"Las chicas" - Emma Cline
1969. California, Estados Unidos.
 
Horror de los horrores.
Un hombre y sus seguidores -la mayoría  chicas de  14 a 19 años- forman una secta...
 
¿Qué lleva a una adolescente que lo tiene todo -mamá y papá presentes, dinero, amigos- a unirse a un grupo que se viste con harapos, se alimenta de  cosas podridas, vive en la indigencia y en la suciedad?¿Qué extraño influjo o misterio ejerce sobre una chica joven y linda que decide compartir con otras, a sabiendas, el mismo hombre -20 años mayor que ellas- que las posee según su capricho?
¿Qué busca un chico bien cuando acata de buen grado las órdenes de un psicópata?
 
Esta es la historia de una matanza sin sentido. Sharon Tate (esposa del director de cine Román Polanski) y de otros que tuvieron la mala fortuna de estar en el momento y lugar equivocados.
 
Impactante, atroz y real. Un relato muy bien logrado.

Laura Hidalgo
NUESTRO BARRIO
Mini Reportaje a Matías Amica de Vecinos Unidos de Nuñez 
 
¿Qué es lo que reclaman? 

- Reclamamos que se vuelva atrás con las modificaciones al Código de Urbanización y al Código de Edificación ya que ambos atentan contra la identidad del barrio, los espacios verdes, el patrimonio urbano y los servicios. 
Es importante aclarar que es una problemática que va más allá de Núñez. Barrios como Devoto, Saavedra, Coghlan, Belgrano, Colegiales, Villa Ortúzar y Caballito están pasando por lo mismo. 
 
¿Qué alternativas proponen? 

- Proponemos que se vuelva atrás con estas medidas porque ya se están empezando a ver las consecuencias en los barrios. Y proponemos también volver a la zonificación anterior. 
 
¿Cuáles son los próximos pasos que se proponen? 

- Seguir con los reclamos en la calle, concientizar a la gente y que el número de banderas en los frentes de las casas siga creciendo. 
Continuar con la exposición de la problemática en los medios de comunicación y en las redes sociales.
NUESTRO BARRIO
Sobre el Arroyo artificial en el Parque
 
Vecinos/as de Saavedra continuamos preocupados por el avance del proyecto del Gobierno de la Ciudad que pretende construir un arroyo artificial que atravesará el Parque Saavedra. En realidad, se trata de “crear” un arroyo paralelo al existente (arroyo Medrano) con aguas provenientes de las napas freáticas. 
Es importante aclarar lo siguiente:  no se trata de un arroyo “a cielo abierto”. Es tan sólo una zanja que atravesará el Parque Saavedra desde Melián hasta Pinto y que “no va a impedir por completo que no haya nuevas inundaciones” según reconocieron al diario digital Comuba 12 (14/12/21) desde el área de Secretaría de Transporte y Obras Públicas del gobierno de CABA.
 
Justamente y como consecuencia de la gravedad que el tema de las inundaciones tiene en el barrio de Saavedra, este es un punto central para los vecinos/as del barrio y diferentes organizaciones que nos estamos reuniendo bajo la consigna de “No al arroyo artificial”. Los vecinos/as pretendemos ser escuchados por las autoridades y plantamos que se destinen recursos para el saneamiento del arroyo Medrano manteniendo la histórica y actual estructura del parque y de esta manera evitar perder  aproximdamente unos 5.000 metros cuadrados de espacios verdes (que serán los ocupados por el arroyo artificial/zanja).
 
Consideramos que el proyecto es tan solo “paisajístico” y guarda fuerte relación con los negocios inmobiliarios y gastronómicos que se extienden alrededor del Parque Saavedra. Debido a lo expuesto también solicitamos que se modifique el Código Urbanístico para incorporar como Distrito de Unidad Especial a las calles García del Rio, Pinto, Melián, que circundan al Parque Saavedra y de esta manera regular la construcción de edificios de hasta 5 metros de altura para así evitar que den sombra sobre el parque.
Estamos visibilizando nuestra demanda a través de diferentes acciones (semaforazos, volanteadas) y también comunicándonos con comuneros/as y legisladores/as de diferentes espacios políticos. 

Los invitamos a seguirnos en nuestra cuenta de Instagram: vecinos_saavedra
Comienzan los talleres 2022 
¡Abiertas las inscripciones!
 
Cursos y talleres abiertos a la Comunidad.
 
Los cursos y talleres abiertos a la comunidad que ofrecemos desde la Biblioteca abren sus inscripciones para este nuevo año.
 
Taller de Ajedrez para niñxs Nuevo!!
Taller literario, lectura y escritura 
Taller de Historieta. Niñxs y Adultxs
Artes visuales. Taller de arte y desarrollo creativo
Matemática, clases de apoyo 
Portugués con prof. nativa 
Música. Taller Coral
Club Juntémonos a escribir (9 a 12 años)
Pilates Mat. Gym 
Taekwon-do infantil. Jóvenxs y adultxs
Hatha Yoga  
Taller de Elongación
Taller de Narración oral
Taller de la Memoria 
Taller Café Emprendedor

Los cursos y talleres abiertos a la comunidad que ofrecemos desde la Biblioteca abren sus inscripciones para este nuevo año.

Estas actividades son aranceladas.
Nos pueden escribir a bibliotecapcsaavedra@gmail y los profesorxs se pondrán en contacto.
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© Asociación Vecinal y Biblioteca Popular Cornelio Saavedra. García del Río 2735/37, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 1429, Argentina - bibliotecapcsaavedra@gmail.com (+54 11) 4701-5180 / 15 6485-8405 ----- --- Lunes a sábados de 16 a 20 hs


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