NUESTRO BARRIO
La actualidad de una iniciativa contaminada

En septiembre del año pasado nos enteramos de que se estaba proyectando un nuevo destino para el Parque Saavedra: una zanja que lo cruzaría de lado a lado. Las comunicaciones oficiales hablaban de un “arroyo a cielo abierto”, pero como suele suceder con el poder político, subestimaron la inteligencia de los vecinos y vecinas al pensar que nos íbamos a creer el cuento de un arroyo con patitos y las tardes de sol tomando mate en la orilla. Rápidamente, nos empezamos a organizar en el barrio para adentrarnos en el origen de una obra que pretendía transformar estructuralmente el espacio verde más importante que tiene Saavedra, en favor de un beneficio paisajístico e inmobiliario.

 

Así fue que se comenzaron a armar las primeras asambleas informativas, para concientizar a vecinas y vecinos de que esta obra no se trataba de ningún arroyo a cielo abierto, sino de una zanja que iba a quitar más de 5.000 metros cuadrados de espacio verde con aguas contaminadas, alcanzando un impacto negativo en la calidad de vida de toda la comunidad barrial.

 

Nos quisieron convencer de que se trataba de una manera de aliviar los posibles desbordes del Arroyo Medrano, intentaron tocar la fibra, que saben sensible, dada la trágica inundación del 2 de abril del 2013, pero supimos correr la emoción para analizar con mente fría esas intenciones y pudimos comprobar, gracias al análisis de expertos, que de ninguna manera era necesaria la intervención del Parque Saavedra para aliviar las inundaciones. Es más, se avanzó en el análisis de la situación y resultó que existe una obra frenada en el Parque Sarmiento, llamada Reservorio 2, con una capacidad que cuatriplica la capacidad de reserva planteada para el Parque Saavedra ( 200.000 m3. vs. 50.000 m3). Tendría mucho menor impacto ambiental y social, y, además, sería menos oneroso. Esta obra, prometida y nunca realizada, sería la más indicada para reducir el riesgo de desborde del arroyo que circula entubado por debajo de Saavedra.

 

Se fueron sumando más y más vecinos y vecinas, se juntaron firmas, se hicieron festivales, se colgaron carteles en muchos hogares, hoy somos miles intentando frenar una obra que es absolutamente perjudicial para el barrio. Se unieron a la lucha en defensa del Parque la mayor parte de las organizaciones sociales, culturales, las agrupaciones políticas, los medios de comunicación zonales, y sucedieron dos hitos históricos: la Junta Comunal votó en contra de la obra, y la audiencia pública arrasó con las intervenciones de vecinos y vecinas que rechazaron la iniciativa de intervenir el Parque por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

 

No se trata de rechazar de manera caprichosa una obra en el barrio, se trata de demostrar la incoherencia, la mentira que hay detrás de una iniciativa paisajística, y también de solicitar las obras realmente necesarias para evitar las inundaciones, como por ejemplo, el Reservorio 2 en Parque Sarmiento. 

 

Las acciones para frenar este proyecto que afectaría seriamente a nuestro Parque, continúan. Se ha elevado el reclamo al Banco Mundial, organización que financia la obra en cuestión, para dar cuenta de los argumentos que convierten en un delirio la iniciativa, y para dar a conocer el rechazo rotundo de los vecinos, vecinas y organizaciones barriales.

 

El Banco Mundial financiaría el proyecto con la condición de que la comunidad barrial esté de acuerdo, y dado que no es el caso, solicitamos su cancelación inmediata.

 

Soledad Gonzalez Alemán 

NUESTRO BARRIO
Libros en el Barrio
Entrevista realizada a Mariel Pujol, Pato Pereyra y Julieta Penedo 
 
“Acercar libros a las chicas y chicos de Barrio Mitre y crear encuentros entre literatura y niñeces”. Así presentan ustedes el proyecto Libros en el Barrio. ¿Pueden contarnos brevemente cómo surgió la idea y como fueron los primeros pasos que dieron?

 

Libros en el Barrio nació en mayo de 2020 como respuesta al aislamiento impuesto por la cuarentena de la pandemia de COVID19.

Lxs niñxs de Barrio Mitre tenían muy limitado el acceso a literatura, y nos propusimos acercar hasta sus casas libros que pudieran acompañar y aliviar un poco aquel encierro obligatorio.

Rápidamente, a través de las redes sociales, se logró dar forma a una comunidad formada por familias que regalaban sus libros y otras que los esperaban entusiasmadas cada fin de semana. Nos constituimos en el puente que permitió el intercambio lector. Esa red, nacida de tiempos tan oscuros, sigue viva y creciendo hasta el día de hoy. Miles de libros han llegado a encontrarse con su lector o lectora.

En aquel 2020 también nos contactó esta bella Biblioteca para compartirnos amorosamente libros. Así descubrimos este interés común por las infancias vulnerables, que nos une y junta nuestros caminos hasta hoy.

 

Entre las ideas en las que nos empecinamos están, justamente, garantizar el derecho a la lectura. También pensamos que leer es un verbo generoso, que se regala. Existen muchas formas de leer. Leer imágenes, leer con los oídos, con el cuerpo, leer la voz y los gestos como hacen los bebés desde el nacimiento (o antes). Es por eso que invitamos a todos y todas a leer. Las familias pueden venir a leer o escuchar un cuento, o recibir un audio para compartirlos  en sus hogares. Creemos que la lectura es una práctica social, un modo de participar en la sociedad y en el mundo (ese "leer el mundo" del que habla Michele Petit), por eso leemos juntxs. También es oportunidad y ocasión, si los libros están presentes, accesibles, será más fácil, pero aún así no basta. Quizás habrá que abrir ese libro para ellxs, escogemos aquellos apetecibles que inviten a querer más. Los buenos libros ayudan a formar mejores lectores. Y fundamentalmente creemos en la poesía, porque la poesía es a la infancia, como lo son los juegos, y la imaginación, que tantas veces faltan.

 

Cada visita al Barrio es una aventura. No hay un día igual al otro. Nosotras llegamos con nuestros changuitos llenos de libros. Los chicos y chicas nos esperan con la ilusión de encontrar una nueva historia que lxs sorprendan. Renata y Maite nunca se pierden la oportunidad de recibir un libro y a veces hasta dos. Son las primeras que nos esperan en la plaza y se dan el lujo de elegir primero. Un día Renata nos sorprendió diciendo que ella también quería repartir libros y nos acompañó en la travesía de ese sábado. Ella llevaba la mochila con rueditas y nos iba indicando quién vivía en cada casa.

No hay un día sin que volvamos sorprendidas por la reacción de lxs chicxs, luego de estos dos años de visitas y libros repartidos.