38: 💼 La historia del ejecutivo
Un ejecutivo se encontraba en el aeropuerto esperando su vuelo 🛫 de escala que se había retrasado.
Se compró un bote de patatas, se sentó en un banco 🛋 y empezó a comérselas.
Al cabo de un rato se dio cuenta que un hombre mayor estaba sentado a su lado y en un momento dado este metió la mano en su bote de patatas para coger una.
No podía creer que no le había pedido ni siquiera permiso. Se le quedó mirando de reojo pero no dijo nada. Al cabo de un minuto el hombre volvió a meter la mano en el bote y cogió otra patata. Justo después de que él cogiera una patata su nuevo vecino hacía lo mismo sin inmutarse.
El ejecutivo seguía sin dar crédito a lo que estaba pasando. Patata tras patata él cogía una y el hombre al rato cogía otra hasta que finalmente quedó solo una patata. Las miradas que le lanzaba el ejecutivo al hombre eran cada vez más indignantes y descaradas. 👀
El ejecutivo esperó a ver qué hacía el hombre con la última patata. El hombre esperó unos segundos, metió la mano, la sacó, la partió en dos y le dio una mitad al ejecutivo.
Fue entonces cuando anunciaron la puerta de embarque del vuelo y el ejecutivo se marchó rápidamente con cara de indignación mientras el hombre permanecía sentado manteniendo una sonrisa 😊 que no era capaz de entender.
Tras llegar a la puerta de embarque después de 15 minutos caminando metió la mano en su mochila para sacar el pasaporte y fue entonces cuando se dio cuenta de lo ocurrido. Tenía su bote de patatas en su mochila. ¡Él era el que había estado comiendo las patatas de ese otro hombre! Su vuelo salía en 5 minutos y ya era tarde para disculparse.
Lo que le pasó al ejecutivo de la historia bien nos podría haber pasado a cualquiera de nosotros y es que no debemos dar nada por sentado.
Creo que en este tipo de situaciones, mantener la calma, valorar todas las posibilidades y sobre todo ser conscientes de la importancia real de los acontecimientos nos ayudará a ser mucho más justos y coherentes con nuestra actitud.